Cómo alimentarnos después de los excesos de verano

Viernes, 10 septiembre, 2021
A todos nos pasa. Llega el verano y empiezan los abusos gastronómicos. Quedamos más con amigos y compañeros del trabajo para tomar algo en las terrazas, luego nos vamos de vacaciones y no nos medimos probando platos e ingredientes. Sin olvidar que, por lo general, aumentamos el consumo de bebidas alcohólicas.
Una vez terminado el estío y de regreso a la rutina, buscamos soluciones para darle una vuelta a todos esos excesos.
Dietas, détox y ayunos
Al volver a la cotidianidad llegan los propósitos para mejorar nuestra alimentación. Cada persona recurre al método que considera mejor. No obstante, es ahí cuando la información llega a ser tan abundante que puede llegar a desorientarnos.
Tal y como nos explica Raúl Gómez Chamizo, profesor del Grado en Nutrición Humana y Dietética de CUNIMAD, tras el verano lo ideal es volver a un tipo de alimentación saludable que forme parte de nuestro día a día, “rica en frutas y verduras (vitaminas y minerales, sustancias antioxidantes con baja densidad calórica), proteínas de alto valor biológico (fundamentalmente yogur, ave y pescados), sin faltar leguminosas y frutos secos en cantidades adecuadas”.
Planteando una idea general, el docente señala los grupos de alimentos que deberían abundar en esa alimentación saludable:
- Frutas y verduras, por su aporte en fibra dietética y sustancias bioactivas.
- Pescados blancos y azules pequeños, por sus proteínas de alto valor biológico y ricos en ácidos grasos omega 3 DHA y EPA, principalmente en los pescados azules.
- Aves sin piel, por sus proteínas de alto valor biológico y bajo contenido en grasa.
- Yogur, rico en proteínas y probióticos.
Por supuesto, junto a este régimen es fundamental la ingesta de gran cantidad de líquidos en agua, y también en sopas, jugos y zumos naturales. Todo ello acompañado de algún tipo de ejercicio. En este sentido, los especialistas recomiendan hacerlo preferiblemente por la mañana, en ayunas, ya que acelera el metabolismo y quema más grasa corporal.
Pero, igual que muchas personas optan por esta opción para cambiar lo que comen y beben, otras prefieren combinarlo con alternativas, como las dietas détox, durante unas semanas o los populares ayunos intermitentes. Son opciones muy practicadas y que a mucha gente sienta bien. Sin embargo, se deben tener ciertos cuidados a la hora de ponerlas en práctica.
Sobre el ayuno intermitente y las dietas détox
En el caso de los ayunos, tan de moda en los últimos años, lo que recomiendan los especialistas, ante todo, es hacerlo con la supervisión de un nutricionista ya que no todas las personas están en condiciones de someterse a este tipo de regímenes.
Gómez Chamizo señala que “para recomendar los ayunos es importante conocer el estado de salud de la persona”. Se debe comenzar por una analítica. Esta aportará la información necesaria para hacer bien el régimen si se está practicando para adelgazar, puesto que no a todos les viene bien para este objetivo.
No obstante, el ayuno genera otro tipo de beneficios, “es cierto que favorece el metabolismo, pero no solo eso, reduce marcadores de inflamación y triglicéridos”, continúa el docente. Para él, un ayuno 16/8 (ayunas 16 horas y comes 8) puede ser una buena opción, siempre bajo la supervisión del nutricionista.
En cuanto a las dietas détox, hay de distintos tipos, desde aquellas en las que solo se elimina un elemento como el alcohol y/o el café, hasta otras basadas únicamente en la ingesta de líquidos durante un determinado tiempo. Algunos se cuestionan su eficacia. En un artículo publicado en la BBC se explica que no hay estudios suficientemente amplios que corroboren sus beneficios; los realizados hasta ahora abarcan una población pequeña y con resultados poco significativos.
Raúl Gómez remarca que una dieta saludable, rica en frutas, verduras y líquidos ya en sí favorece el mecanismo de limpieza del organismo. Las frutas y verduras aportan fibra dietética y antioxidantes, “si se suma el consumo de líquidos a través de caldos de verduras o infusiones, estaríamos mejorando el proceso détox”.
El consumo de agua en cantidad adecuada mantiene activos los riñones. Si no bebemos suficiente, estos se ralentizan y pasan parte de su trabajo al hígado, que es el encargado de procesar las grasas y convertirlas en energía (eliminar toxinas). Si le damos más trabajo, perderá eficiencia.
En resumen, para eliminar la consecuencia de nuestros excesos alimenticios lo mejor es seguir una dieta equilibrada que incorporemos a nuestra vida diaria y que contribuya a desintoxicar nuestro cuerpo. “Con la ayuda de un nutricionista formado en microbiota intestinal podríamos favorecer todo el proceso de limpieza y así mejorar, si cabe aun más, la salud”, concluye el profesor de CUNIMAD.