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¿Cuál es el impacto de incorporar a los ópticos-optometristas en Atención Primaria?

Jueves, 11 marzo, 2021

CUNIMAD

Cada año, la Atención Primaria deriva un millón de consultas a los servicios de oftalmología. Un 20% de las consultas de la población adulta (15-65 años) están relacionadas con la salud visual. Una cifra que alcanza el 27% en pediatría y supera el 39% entre los mayores de 65 años. La incorporación de ópticos al sistema de Atención Primaria es una demanda histórica que estos profesionales sanitarios vienen reclamando desde hace años y cuya ausencia no atiende a motivos de formación o calidad.

“Las administraciones sanitarias desconocen en gran medida nuestro potencial asistencial, así como nuestra capacidad para integrarnos en entornos sanitarios multidisciplinares, tal y como hemos venido demostrando en los últimos 30 años en hospitales y centros privados”, señala el vocal del Consejo General del Colegio de Ópticos – Optometristas (CGCOO), Rafael Pérez Cambrodí.

La Atención Primaria “mantiene un modelo obsoleto e ineficaz” en el que los médicos generalistas “sufren una presión asistencial insostenible cuya única salida es la derivación sistemática a la atención especializada”, prosigue Pérez Cambrodí, quien aboga por un cambio de modelo que permita la inclusión de profesionales sanitarios no médicos en el primer escalón asistencial.

¿Qué beneficios tendría la incorporación de los ópticos-optometristas en Atención Primaria? El Colegio de Ópticos – Optometristas defiende cuatro grandes ventajas, en este sentido.

Liberar recursos asistenciales 

“La gran versatilidad del óptico-optometrista en relación con las capacidades y habilidades que le confiere su formación académica y experiencia clínica le convierte en una figura profesional que permite su rápida integración en los circuitos asistenciales, tanto en centros de salud como en hospitales, optimizando la calidad y los tiempos de atención a los pacientes”, el vocal del CGCOO.

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Los óptico-optometristas podrían colaborar activamente con médicos de Atención Primaria y personal de Enfermería en tareas de prevención, educación y concienciación al público general. Por lo que su incorporación “real, en número suficiente” en la sanidad pública, y principalmente en la Atención Primaria, “permitiría una mejora cualitativa de la atención prestada a las necesidades visuales más comunes de la población”, señala el también docente en el Grado en Óptica y Optometría de CUNIMAD.

Reducir listas de espera

Según datos del Consejo General del Colegio de Ópticos – Optometristas, las últimas cifras disponibles sobre listas de espera en oftalmología (segundo semestre de 2019) indicaban un aumento del 7,09% sobre el año anterior. Estos se desglosan en una media de 83 días para consultas externas, 81 para cirugía y un total de 141.000 pacientes en lista de espera quirúrgica.

“Tras el impacto de la COVID-19 es posible que estas cifras se hayan duplicado, en el mejor de los supuestos, algo que se ha visto confirmado por la masiva afluencia de pacientes a los establecimientos sanitarios de Óptica. No existen cifras para las listas de espera en unidades de Optometría del Sistema Nacional de Salud porque su existencia es lamentablemente anecdótica”, explica Pérez Cambrodí.

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En cuanto a los principales trastornos visuales que detectan los oftalmólogos en adultos, se reparten en cuatro grandes bloques: presbicia (30-40%), miopía (22-28%), astigmatismo (24%) y cataratas (5-8%).

Favorecer la inclusión sanitaria

Otra de las ventajas de la inclusión de los ópticos-optometristas en el sistema de Atención Primaria sería la promoción de la inclusión en salud visual.  A pesar de que en España contamos con un Sistema de Atención Sanitaria público y universal, antes de la pandemia por coronavirus, un 80% de la atención en salud visual se realizaba mediante cobertura privada, “dejando por tanto a un gran porcentaje de la población sin posibilidades de acceso por motivos de exclusión económica” y dificultando su acceso a los servicios públicos de atención visual.

Los circuitos de derivación desde Atención Primaria y pediatría hacia unidades de Optometría en la Sanidad Pública “son todavía muy excepcionales” ya que no están establecidos como tales y solo se generan en cada área de salud “de forma espontánea por la inercia del conocimiento mutuo y de la eficacia de sus resultados”, indica el vocal del CGCOO.

Ahorrar costes

Establecer unidades de Optometría físicamente en los servicios de Atención Primaria o un modelo asistencial basado en un sistema de capitación con los establecimientos sanitarios de óptica supondría un ahorro directo de casi 60 millones de euros a las arcas del estado, “sin contar con los beneficios indirectos derivados de la descarga asistencial de los facultativos”, concluye el Consejo General del Colegio de Ópticos – Optometristas.

Titulación relacionada:

 Grado en Óptica y Optometría (*en proceso de extinción)
 Máster Universitario en Salud Visual y Optometría Avanzada* (en proceso de extinción)