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Háblame que no te oigo… El uso de mascarillas en pandemia

Háblame que no te oigo… El uso de mascarillas en pandemia

Jueves, 10 junio, 2021

CUNIMAD

¿Qué dice? ¿Cómo? ¿Eh? Lo siento, no le entiendo… soy sord@. Creo que bien podría ser un resumen de una situación comunicativa actual cuando una persona sorda intenta entablar cualquier tipo de comunicación verbal con mascarilla. Si la mayoría de las personas con dificultades auditivas se apoyan en la lectura labial, ¿cómo hacerlo de forma exitosa si una mascarilla nos quita esa ayuda que es crucial?

¿Os imagináis ir a realizar cualquier actividad rutinaria de vuestro día a día, como hacer la compra, recoger/enviar una carta a correos, ir a un restaurante o de tiendas, ataviados con vuestras mascarillas y unos potentes tapones en los oídos? ¿Creéis que la comunicación sería efectiva? ¿Lograríais entender a la otra persona?

Hace unas semanas, en la prensa asturiana salió publicado un artículo sobre el uso de las mascarillas transparentes, titulado ‘Ciudadanos de segunda… Las personas sordas se sienten deprimidas, frustradas, aisladas y desesperadas en un mundo lleno de barreras infranqueables’, donde quedaba reflejado que existe una pérdida de 10dB en nuestra voz al usar este elemento.

Actualmente, se habla mucho sobre las barreras comunicativas desde que las mascarillas entraron a formar parte de nuestras vidas. También de los refuerzos que debemos de usar para lograr un mejor feedback:  apoyarnos en los gestos, dar mayor expresividad a nuestros ojos, articular de forma adecuada, intentar que nuestro discurso no vaya a un ritmo excesivo y favorecer el uso de mensajes más cortos, entre otros.

De los problemas a nivel vocal que está sufriendo gran parte de la población docente y sanitaria, especialmente, ya hablaremos otro día.

Bien es cierto que muchas asociaciones de deficientes auditivos están moviendo cielo y tierra con el fin de sacar adelante mascarillas transparentes, pero, hoy por hoy, aún no existe una homologada, aunque se intenta avanzar. Como logopeda, veo una necesidad imperiosa de abordar este tema y así poder contribuir a mejorar esa barrera comunicativa; por lo que las sesiones están en época de cambios, como, por ejemplo, trabajar con mascarillas y a pie de calle.

Pero… ¿ es válido para tod@s los casos? Lamentablemente, la respuesta es prácticamente NO, y lo expreso de este modo porque tiene bastantes variables. Veamos algunos ejemplos.

CASO 1

Varón de 57 años con implante coclear (I.C.) desde hace un año, postlocutivo. Aunque con mucho esfuerzo y grandes dosis de concentración, los resultados del señor X son espectaculares dentro del aula de trabajo, tanto con mascarilla como sin ella, por lo que ampliamos campo de actuación y nos vamos a trabajar a pie de calle realizando pequeños recados que se convierten en verdaderos retos: pasear por calles peatonales transitadas de gente mientras se mantiene una conversación un tanto fluida, combinarlo con alguna calle por la que pasen coches y aparezcan nuevos e improvisados ruidos, seguir las instrucciones de compra en un supermercado, enviar un paquete certificado a correos, disfrutar de un café en una cafetería a hora punta,…

Son situaciones que el señor X está experimentando con gran esfuerzo y satisfacción ya que aplica todo lo aprendido en la rehabilitación en su entorno. Desde que se operó del I.C. había puesto su foco en recuperar audición, pero únicamente en listados de palabras, frases y conversaciones con amigos o familiares, obviando todo lo demás.

Hoy estamos descubriendo el entorno, abriendo la puerta a un nuevo entrenamiento que suma en calidad de vida, porque nuestro objetivo como rehabilitadores no es sólo conformarnos con unos resultados óptimos en unas cuantas pruebas. Debemos ir un poco más allá y no abandonar la salud emocional de nuestros pacientes, algo que considero de suma importancia.

Ya lo decía Charles Darwin: “No es el más fuerte de las especies el que sobrevive. Es aquel que es más adaptable al cambio.” El mundo nos ha retado y nosotros hemos de cambiar hábitos, costumbres, formas de vida, …

CASO 2

Mujer de 65 años con sordera bilateral neurosensorial degenerativa por ototóxicos. Postlocutiva. Jubilada. La señora M utiliza audífonos desde hace 5 años. Fue muy reacia a que formaran parte de su vida, pero reconoció tener nuevas ayudas auditivas con su uso, aunque siempre acompañadas de apoyo visual. Así que, en este caso, en concreto, las mascarillas le conllevan a un fracaso absoluto en sus rutinas, necesitando el apoyo de otra persona que la acompañe a hacer los recados, porque le resulta una misión imposible entender los mensajes con las mascarillas. ¿Resultado? Toda la independencia lograda con la utilización de los audífonos, a día de hoy se ve mermada por esa falta de visibilidad de nuestros rostros ya que la lectura labial no es posible. Reconoce estar más floja a nivel anímico y tener sentimiento de dependencia una vez que pone los pies en la calle.

CASO 3

Varón de 42 años. Sordera bilateral profunda. Prelocutivo. No utiliza audífonos. Trabajador en activo. Al igual que la señora M, el señor J ha visto capado todo intento de comunicación verbal fuera del ámbito familiar. Lo que le conlleva una importante tristeza y frustración social.

El otro día me contaba, con gran impotencia, la siguiente situación: era el cumpleaños de su novia y se dirigió a una tienda especial para comprarle un bonito regalo. No tenía muy claro el qué y necesitaba asesoramiento en la compra, así que se dirigió a la dependienta y le explicó su idea. La dependienta le entendió sin dificultad, pero en cuanto le empezó a formular preguntas tipo: ¿Prefieres pendientes o un colgante? Hubo una “muerte verbal.” El señor J le recordó que es una persona sorda, que no oye nada de nada y que si se podía bajar la mascarilla para poder leerle los labios y así proseguir con la compra… La respuesta de la dependienta fue directa, alta y clara: “NO.” El señor J no pudo continuar con la compra y abortó misión. ¿Solución? Regresar con alguien que sea su intérprete oral o comprar por internet.

CASO 4

El señor Z tiene 44 años. Implantado Coclear desde hace 4 años. Prelocutivo. Trabajador en activo. Antes de la pandemia, el señor Z estaba muy contento con los resultados ya que tenía un rendimiento bastante alto y competente. Actualmente, las mascarillas le desesperan porque el esfuerzo auditivo que tiene que llevar a cabo no es eficaz ni al 50% de las veces. Se bloquea, se cierra y su foco se va a la derrota ya que considera que el resultado no compensa ese esfuerzo. ¿Conclusión? Suele evitar cualquier tipo de comunicación oral con desconocidos.

Este es el resultado de esta situación actual donde las mascarillas reinan: evitar entablar una conversación porque saben que el resultado es un fracaso total.

¿Qué hacer entonces? Se habla de homologar mascarillas transparentes para difundir su uso, pero… ¡ojo! La utilización de estas no sería para personas con problemas auditivos, sino para el resto de la población, con el objetivo de convertirnos en facilitadores de la comunicación oral.

Cristina Vega, logopeda & coach